HEROES DESCONOCIDOS ( Elías Amador, José Romano)

Elías Amador, zacatecano, liberal, político, poeta, bibliófilo, periodista, historiador y sobre todo personaje desconocido. La mayoría de los zacatecanos desconocen lo que significa el nombre de Elías Amador, excepción de la calle que es continuación de la “Fernando Villalpando” y la biblioteca que se ubica en el museo Pedro Coronel. Así como la biblioteca pública en Villa de Cos, Zac. y la colonia Elías Amador en Villa de Cos. Sin embargo es pilar fundamental en la historiografía local y es considerado el historiador “más famoso” de la entidad. Más allá de su actividad en otras áreas, en historia es imprescindible su mención, pues su obra titulada Bosquejo Histórico de Zacatecas, publicado por primera vez en 1892 en la imprenta de la Escuela de Artes, y que consta de 2 tomos es considerada por los seguidores de Clío como la primer obra monumental de historia estatal, y es digno de mencionar que aún no es superada como consulta obligatoria para quien se interesa en el pasado zacatecano.



Elías Amador Garay nació en Villa de Cos (hacienda de Pozo hondo), partido de Fresnillo, Zacatecas, el 16 de marzo de 1848. Murió en México  D. F. el 11 de junio de 1917, hijo de Juan Lozano Amador y Margarita Garay Yáñez. Debido a los trastornos políticos de la época, apenas pudo asistir a la escuela primaria, y nunca se matriculó en ninguna institución de enseñanza secundaria o superior ni obtuvo algún título profesional. Por lo que su educación estuvo, fundamentalmente, a cargo de su padre, liberal de ideas radicales, de quien se dice que derribó a lazo las estatuas religiosas que adornaban la fachada del templo de San Francisco en Zacatecas. Su padre también luchó en la Guerra de Reforma y contra el Imperio bajo las órdenes del General González Ortega, alcanzando el grado de Coronel.



Elías Amador desempeñó varios cargos públicos en su pueblo: preceptor de rentas, tesorero municipal, secretario del Ayuntamiento y presidente del mismo, cargo para el que fue electo en 1880. Se trasladó a la capital del estado, siendo fiel partidario del gobernador liberal Jesús Aréchiga, de quien llegó a ser su secretario particular; además fue administrador de las obras del mercado, director del Periódico oficial, director del Hospicio de Niños de Guadalupe, síndico segundo de la asamblea municipal de Zacatecas en 1890, regidor sexto de la misma en 1896; y de entre sus empleos destacan los de director de la Biblioteca pública y archivero general del Estado, en los cuales aprovechó los acervos para realizar laboriosos estudios históricos.

los  Insurgentes Apodados
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José Romano Muñoz ( 1890 - 1967 )

        Nació en Villa de Cos, Zac. y murió en el D.F. Doctor en Filosofía por la UNAM. Fue Director de la Escuela Nacional de Música y Arte Teatral ( 1915 - 1917 ). Jefe de la Sección de Preparatoria de la UNAM ( 1924 - 1930 ), en 1928 participo en la redacción del Proyecto de Ley sobre la Reforma Universitaria. Subdirector de Dibujos y Trabajos Manuales de la SEP ( 1925 - 1927 ) fundador y Jefe de la Comisión Investigadora de la situación de la mujer y de los trabajadores menores ( 1936 - 1938 ), miembro de la Comisión Revisora y coordinadora de planes de Estudio y Textos Escolares ( 1944 - 1948 ) y Jefe del Departamento de Cooperación Intelectual de la SEP ( 1949 - 1952 ) dirigió las Escuelas Normales Superior de Especialización y el Museo Pedagógico Nacional.

        Tuvo a su cargo el archivo General de la Nación y fue Director General de Enseñanza Superior e Investigación Científica de la SEP ( 1952 - 1953 ) autor de: Ética Normativa ( 1933 ), el Secreto del Bien y del Mal, y hacia una Filosofía Existencial ( 1948 ). Miembro de la Sociedad Mexicana de Filosofía.

EN MEMORIA DE JOSÉ ROMANO MUÑOZ

        El l4. de diciembre de 1967 murió José Romano Muñoz. Tenía setenta y siete años de edad. Doctor en Filosofía y catedrático de la Universidad Nacional, Romano Muñoz llevó al cabo meritoria labor de difusión cultural. Fue Director General de Enseñanza Superior e Investigación Científica de la Secretaría de Educación Pública, presidente de la Academia de Educación, miembro del Centro de Estudios Filosóficos de la Universidad Nacional durante el año de 1947. Representó a México ante el comité de acción cultural de la OEA y fungió como representante de la comisión nacional de la UNESCO en México. Recibió condecoraciones de Japón, Haití, Ecuador y Alemania. En 1952, Francia le concedió las Palmas Académicas. Entre sus principales obras sobresalen El secreto del bien y del mal y Hada una filosofía existencial.


        Como Samuel Ramos, José Romano Muñoz perteneció a la generación de los "Contemporáneos". Fue discípulo de Antonio Caso, pero no se afilió totalmente a las ideas de su maestro; en cambio, propagó en México ideas de Ortega y Gasset. En una época en la que imperaba el bergsonismo que Caso había introducido en México, Romano Muñoz estudió a los filósofos alemanes e italianos y a los pensadores de Norte y Sudamérica. Más adelante se sumó al movimiento fenomenológico, principalmente a Scheler y a Hartmann. Ambos filósofos están presentes en El secreto del bien y del mal.


        El secreto del bien y del mal ha servido a varias generaciones. Apareció por primera vez en 1938. Poco más tarde, la Escuela Nacional Preparatoria lo adoptó como libro de texto. En 1961 la obra llegó a su quinta edición. Esta última no lleva cambios sustanciales. Desde el principio, el autor se adhirió a la ética valorativa y al apriorismo axiológico y concibió a los valores como datos inmediatos de la intencionalidad emocional. En este sentido, analizó los problemas de la esencia y del origen del acto moral, la obligatoriedad y la valoración moral y también la realización de los valores: todo esto dentro de una posición crítica frente al empirismo y el determinismo.


        Hacia una filosofía existencial fue publicada en 1953. Aquí el autor se declara existencialista, "si por existencialismo se entiende lisa y llanamente una corriente de pensamiento que hace del existir humano individual el punto de partida del filosofar". Pero el existencialismo de Romano Muñoz quiere "estar al margen de la nada, de la muerte y de la náusea metafísica". Por eso no se acoge a los lineamientos principales de Heidegger y Sartre; más aún, la crítica, y el deseo de criticarlos, fue uno de los motivos que lo llevó a escribir Hacia una filosofía existencial, Heidegger y Sartre, en el sentir del autor, "despojan a la vida humana de toda finalidad, de toda razón de ser; de todo sentido". Contra ellos, Romano Muñoz quiere dejar paso a la esperanza "como único asidero del ser


JOSÉ ROMANO MUÑOZ

        Para su angustia". Sin embargo, no se acerca precisamente a Gabriel Mareel; se diría que, en muchos sentidos, se deja influir por Ortega y Gasset.


        Romano Muñoz dedicó gran parte de su vida a la labor docente. Desde 1918, fue profesor de lógica, ética, psicología y civismo en la Escuela Nacional 'Preparatoria y, durante algunos años contados a partir de 1945, profesor de ética en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. En 1965, por jubilación, renunció a sus cátedras. A su muerte ocupaba el cargo de asesor técnico del secretario de Educación Pública y la vicepresidencia de la Sociedad Mexicana de Filosofía. Dejó en preparación tres obras: Iniciación a la cultura, Tratado de lógica aplicada y El sentido espiritual de la vida.


ROSA KRAUZE